En la temporada festiva, las empresas se preparan para celebrar el éxito del año y fortalecer los lazos entre sus colaboradores. Sin embargo, en medio de la alegría y la celebración, es fundamental recordar la importancia de compliance, especialmente al organizar rifas o regalar objetos de valor en la fiesta de fin de año.
A menudo, la emoción y la euforia de la temporada de fiestas pueden nublar nuestra percepción sobre aspectos básicos de la gestión empresarial, como lo es Compliance. Pero es aquí donde debemos detenernos, hacer una pausa y revisar cada detalle en la organización de eventos corporativos, ya que cada uno tiene un peso significativo, y las rifas o regalos de alto valor no son la excepción.
La pregunta que debemos hacernos es: ¿Estamos tomando las medidas necesarias para prevenir riesgos legales y éticos en nuestras celebraciones de fin de año?
Contar con un sólido programa de prevención de riesgos es esencial para garantizar que las festividades corporativas se desarrollen sin contratiempos legales. La distribución de regalos y premios, aunque destinada a generar alegría, puede convertirse en un terreno peligroso si no se maneja con cuidado.
Como reflexión, recordemos las sabias palabras de Benjamín Franklin: «Prevenir es mejor que curar». Aplicando esta premisa al ámbito empresarial, anticiparse a posibles complicaciones legales o éticas es una práctica esencial para el éxito a largo plazo de la empresa.
¿Estamos realmente conscientes de los riesgos que pueden surgir al regalar cosas caras en nuestras celebraciones de fin de año? ¿Contamos con un programa de Compliance que aborde específicamente estos aspectos?
En palabras de Albert Schweitzer, «El ejemplo no es la principal manera de influir en los demás; es la única manera». Al aplicar un enfoque proactivo hacia Compliance en nuestros eventos corporativos, no solo estamos protegiendo a la empresa de posibles riesgos, sino también estableciendo un estándar ejemplar para nuestros colaboradores y socios comerciales.
En esta temporada festiva, recordemos que la alegría y la responsabilidad no son mutuamente excluyentes. Hagamos que suceda no solo en términos de celebración, sino también en la construcción de una cultura empresarial que valore Compliance como pilar fundamental. Al hacerlo, aseguramos que nuestras fiestas de fin de año no solo sean memorables, sino también éticamente irreprochables.
Adriana Peralta