Más allá del arcoíris.

El mes del Orgullo LGBTQ+ es un momento de celebración, diversidad y derechos, pero también es una oportunidad para reflexionar sobre el estado de inclusión y los desafíos que aún enfrenta la comunidad LGBTQ+ en México. Más allá de los desfiles y festividades, debemos abordar estos temas desde una perspectiva de Compliance y responsabilidad corporativa.

México ha avanzado significativamente en términos de derechos LGBTQ+. En 2010, la Ciudad de México fue pionera en América Latina al legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Hoy, el matrimonio igualitario es legal en la mayoría de los estados del país. Sin embargo, la discriminación y la violencia contra personas LGBTQ+ siguen siendo problemas graves. Según un informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), entre 2014 y 2020 se registraron más de 200 crímenes de odio contra personas LGBTQ+.

Las empresas juegan un papel fundamental en la promoción de la inclusión y la igualdad. Adoptar políticas de diversidad e inclusión no solo es éticamente correcto, sino también una práctica de negocio inteligente. Un estudio de McKinsey & Company encontró que las empresas con mayor diversidad de género y orientación sexual tienen un 21% más de probabilidades de superar a sus competidores en términos de rentabilidad.

Sin embargo, el verdadero desafío radica en implementar estas políticas de manera efectiva. Muchas empresas promueven la inclusión solo de manera superficial, sin un compromiso real con el cambio cultural. Compliance, en este contexto, no solo debe enfocarse en cumplir con las normativas legales, sino también en crear un ambiente de trabajo seguro y acogedor para todos los empleados, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.

A pesar de los avances, las personas LGBTQ+ en México continúan enfrentando discriminación en el ámbito laboral. Un informe de la Alianza Mexicana LGBTTTI+ reveló que el 43% de las personas LGBTQ+ han experimentado algún tipo de discriminación en el trabajo debido a su orientación sexual o identidad de género. Esto no solo afecta la salud mental y el bienestar de los empleados, sino que también puede tener repercusiones legales y financieras para las empresas.

Es aquí cuando Compliance hace eco natural y le recuerda a las empresas que deben ir más allá de la mera tolerancia para convertirse en verdaderos aliados de la comunidad LGBTQ+, por lo que te comparto algunas acciones clave que las organizaciones pueden tomar:

  1. Capacitación en diversidad e inclusión: Implementar programas de capacitación para todos los empleados sobre temas de diversidad e inclusión. Esto ayuda a crear un ambiente de trabajo más comprensivo y respetuoso y construyendo la cultura de integridad.
  2. Políticas de no discriminación: Establecer y hacer cumplir políticas estrictas contra la discriminación y el acoso basados en la orientación sexual y la identidad de género (se deben cumplir en todos niveles, ojo).
  3. Soporte y recursos: Proporcionar recursos y apoyo a los empleados LGBTQ+, incluyendo grupos de apoyo y asesoramiento.
  4. Visibilidad y representación: Asegurar que haya representación LGBTQ+ y sus aliados en todos los niveles de la organización, desde la alta dirección hasta los empleados de nivel básico.

El mes del Orgullo es un recordatorio de cuánto hemos avanzado y cuánto queda por hacer. Desde una perspectiva de Compliance, es esencial que las empresas en México no solo cumplan con las leyes de igualdad, sino que también se comprometan activamente a promover un ambiente inclusivo y respetuoso para todos. Al final del día, la verdadera inclusión no se trata solo de cumplir con las normas, sino de abrazar la diversidad como un valor fundamental de la organización.

¡Hagamos que suceda!

Adriana Peralta

@adrianaperalta_com

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