«La corrupción es el mayor enemigo del desarrollo y de la confianza en las instituciones.» – Ban Ki-moon, exsecretario general de la ONU.
El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2024, publicado por Transparencia Internacional, nos ofrece una radiografía alarmante sobre cómo la corrupción sigue afectando la estabilidad política, la inversión y la vida cotidiana de millones de personas en todo el mundo. En esta edición, más de dos tercios de los países obtuvieron una calificación por debajo de 50 sobre 100, lo que indica niveles significativos de corrupción en la mayoría de los gobiernos evaluados.
Pero más allá de los números, este índice plantea una pregunta fundamental: ¿qué significa esto para la lucha contra la corrupción y el cumplimiento normativo a nivel global?
El informe evalúa la percepción de la corrupción en 180 países y territorios, utilizando fuentes de organismos independientes, empresarios y expertos. Los resultados dejan claro que el problema no solo persiste, sino que en algunos países se ha agudizado.
Los países mejor evaluados en el índice fueron Dinamarca (90), Finlandia (88) y Singapur (84), manteniendo su liderazgo desde 2023. Sin embargo, en el extremo opuesto, los más afectados por la corrupción fueron Sudán del Sur (8), Somalia (9) y Venezuela (10), con Sudán del Sur descendiendo de 12 puntos en 2023 a 8 en 2024, lo que indica un deterioro significativo.
A nivel global, el promedio general del IPC se mantuvo en 43 puntos, sin cambios respecto a 2023, lo que indica que los esfuerzos anticorrupción no han logrado avances significativos.
El panorama en América Latina muestra tendencias preocupantes:
- México descendió a 26 puntos en 2024, una caída de 5 puntos respecto a los 31 obtenidos en 2023, colocándose en el puesto 140 de 180.
- Colombia también retrocedió, pasando de 40 puntos en 2023 a 39 en 2024, afectada por escándalos recientes que han minado la confianza en las instituciones gubernamentales.
Estos datos refuerzan la necesidad de fortalecer los marcos anticorrupción en la región, pues la falta de transparencia sigue limitando el desarrollo económico y político.
- España registró una caída preocupante de 60 puntos en 2023 a 56 en 2024, bajando diez posiciones en el ranking global. Este descenso se atribuye al debilitamiento de instituciones anticorrupción en varias regiones.
- Dinamarca, Finlandia y Suecia se mantienen como los países menos corruptos, con puntuaciones por encima de 80, demostrando que los países con instituciones fuertes y transparencia gubernamental logran controlar mejor la corrupción.
Desde la perspectiva de Compliance, el Índice de Percepción de la Corrupción no es solo un termómetro, sino una señal de advertencia para empresas, gobiernos y la sociedad civil.
- Impacto en la inversión y el comercio:
Los países con altos niveles de corrupción tienden a atraer menos inversión extranjera, ya que los costos asociados a la corrupción (sobornos, pagos ilegales, fraudes) generan riesgos financieros y reputacionales para las empresas.
- Riesgo para la estabilidad institucional:
La corrupción está directamente vinculada con la erosión democrática. Según el IPC, los regímenes autoritarios presentan los niveles más altos de corrupción, con un promedio de 33 puntos sobre 100.
- Obstáculos en la lucha contra el cambio climático:
Transparencia Internacional destaca cómo la corrupción también afecta la lucha contra el cambio climático, desviando fondos destinados a programas de mitigación y favoreciendo intereses privados sobre el bienestar común.
- Compliance y programas anticorrupción:
Para las empresas que operan en mercados con altos índices de corrupción, contar con programas de Compliance robustos es esencial. Herramientas como la debida diligencia, la transparencia en la contratación pública y la implementación de controles internos son claves para minimizar riesgos.
El informe de Transparencia Internacional ofrece recomendaciones concretas para abordar la corrupción, entre ellas:
- Fortalecer los marcos regulatorios y la independencia judicial.
- Proteger a los denunciantes y fomentar la transparencia en la gestión pública.
- Impulsar la cooperación internacional para combatir la corrupción transnacional.
El Índice de Percepción de la Corrupción 2024 deja claro que la corrupción sigue siendo uno de los mayores desafíos globales. Más allá de afectar la economía y la política, la corrupción destruye la confianza en las instituciones y dificulta la gobernabilidad.
Para avanzar, es necesario que gobiernos, empresas y sociedad civil trabajen juntos, fortaleciendo los sistemas de Compliance y promoviendo una cultura de integridad y transparencia. Solo así se podrá romper el ciclo de impunidad y avanzar hacia un futuro más justo y equitativo.
La integridad y el cumplimiento normativo no son una opción; son la única vía para el desarrollo sostenible.
Hagamos que suceda.
