El regreso a clases es un evento esperado por muchos: nuevos comienzos, oportunidades de aprendizaje y la posibilidad de redefinir metas. Sin embargo, también es una oportunidad valiosa para reflexionar sobre la ética y el Compliance, no solo en el ámbito escolar, sino en todos los aspectos de nuestra vida.
Las escuelas no son solo lugares de aprendizaje académico; son el lugar donde se forman los valores y principios que guiarán a las futuras generaciones. Aquí es donde la ética juega un papel crucial. ¿Qué tipo de ejemplo estamos dando a nuestros hijos en cuanto a la honestidad, la justicia y el respeto? ¿Estamos fomentando un ambiente en el que prevalezcan estos valores, o estamos permitiendo que la competencia desmedida y el «todo vale» se conviertan en la norma?
Tomemos, por ejemplo, la clásica situación de copiar en un examen. Puede parecer un acto inofensivo, pero envía un mensaje poderoso sobre la integridad. Albert Einstein dijo una vez: «Quien no es fiel a las pequeñas cosas, no puede serlo a las grandes.» Si normalizamos estas pequeñas transgresiones, ¿qué podemos esperar cuando estas mismas personas se enfrenten a dilemas éticos más complejos en su vida profesional?
Como padres y educadores, tenemos la responsabilidad de ser modelos a seguir en términos de comportamiento ético. Pero, ¿cómo podemos hacerlo de manera efectiva? Un estudio realizado por la Universidad de Stanford revela que los niños son más propensos a adoptar comportamientos éticos si ven que los adultos a su alrededor actúan de manera consistente con los valores que predican (Stanford University, 2021).
La coherencia entre nuestras palabras y acciones es clave. No basta con decirles a los niños que deben ser honestos; debemos mostrarles lo que eso significa en la práctica, ya sea cumpliendo con nuestras promesas o siendo transparentes en nuestras interacciones diarias.
Cuando hablamos de Compliance, a menudo pensamos en grandes corporaciones cumpliendo con normativas legales. Pero el concepto de Compliance va más allá. Se trata de cumplir con los principios y normas que rigen nuestras vidas, sean estas leyes, reglamentos escolares o simplemente las reglas de convivencia que nos permiten vivir en armonía.
El regreso a clases es un momento ideal para inculcar la importancia del Compliance en nuestros hijos. Esto no solo significa seguir las reglas del colegio, sino también entender el porqué de esas reglas y cómo contribuyen al bienestar colectivo.
El filósofo Immanuel Kant decía: «Actúa de tal manera que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como un fin, y nunca simplemente como un medio.» Este principio, conocido como el imperativo categórico, es un recordatorio poderoso de que nuestras acciones, por pequeñas que sean, tienen un impacto en los demás.
Este regreso a clases, te invito a reflexionar: ¿Qué valores estamos transmitiendo? ¿Estamos enseñando a nuestros hijos a ser ciudadanos responsables y éticos? El cumplimiento de las normas y la práctica de la ética no solo nos hacen mejores personas, sino que construyen una sociedad más justa y equitativa para todos.
Cada día es una nueva oportunidad para vivir de acuerdo con nuestros valores. Enseñemos a nuestros hijos que el verdadero éxito no se mide solo por las calificaciones, sino por la integridad con la que enfrentan los desafíos de la vida.
¡Hagamos que suceda!
2 comentarios
Definitivo, educamos con el ejemplo
Muchas gracias Adriana por tu artículo
Muchas gracias Aidee.