Los primeros 100 días de una administración no solo son un balance de promesas cumplidas, sino también un espejo que refleja sus valores y prioridades. ¿Cómo podemos, como ciudadanos, identificar un gobierno que actúe con ética, transparencia y compromiso real? Claudia Sheinbaum, en su informe de este periodo, destacó avances significativos que invitan a analizar su gestión desde una perspectiva de Compliance y ética pública.
En su discurso, Sheinbaum abordó temas fundamentales como la reforma al Poder Judicial, la recuperación de empresas estratégicas y el fortalecimiento de programas sociales. Esto nos lleva a reflexionar sobre las palabras de Aristóteles: «La excelencia moral es el resultado del hábito». Gobernar con integridad no es una meta única, sino un ejercicio constante de decisiones éticas. Aquí algunas lecciones clave desde el Compliance en estos 100 días:
- Resultados claros y medibles: La reducción del 16% en homicidios dolosos y el aumento del salario mínimo en un 135% son ejemplos de cómo un gobierno puede priorizar la justicia social y la seguridad económica. ¿Estamos exigiendo esta claridad y rendición de cuentas en todas las áreas de la administración?
- La ética como motor de cambio: La reforma al Poder Judicial y la eliminación de organismos duplicados son pasos hacia un sistema más transparente. Pero también plantean un desafío: ¿Cómo aseguramos que estas decisiones beneficien al pueblo y no se desvíen de sus objetivos?
- Innovación con propósito: Iniciativas como el desarrollo del vehículo eléctrico mexicano y los nuevos espacios educativos reflejan una apuesta por el futuro sostenible. ¿Estamos promoviendo estas transformaciones en nuestras propias comunidades?
Más allá de los logros gubernamentales, es importante recordar que la ética y la transparencia empiezan por cada uno de nosotros. ¿Qué hacemos para fomentar una cultura de integridad en nuestro día a día?
Claudia Sheinbaum finalizó su informe con una visión de largo plazo y un llamado a la acción colectiva. Siguiendo las palabras de Viktor Frankl: «Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos», debemos asumir nuestro rol como agentes de cambio.
Este es el momento de participar activamente en la construcción de un México más justo y ético. ¡Hagamos que suceda! Porque el cambio empieza hoy, contigo, conmigo y con todos nosotros.