¿Ahorramos o nos endeudamos?
Del 15 al 18 de noviembre, México vivió una edición más de El Buen Fin, el evento que promete ser «el fin de semana más barato del año». Miles de mexicanos se volcaron a tiendas físicas y en línea para aprovechar las promociones, pero ahora que ha terminado, es momento de reflexionar: ¿realmente cumplió con las expectativas o dejó más deudas que ahorros?
Uno de los principales atractivos de El Buen Fin son los descuentos anunciados en productos de tecnología, electrodomésticos y moda. Sin embargo, como en años anteriores, algunas ofertas generaron controversia. De acuerdo con datos preliminares de la Profeco, hubo quejas relacionadas con promociones engañosas y aumentos previos en los precios para después aplicar «rebajas».
Esto nos recuerda la importancia de comparar precios semanas antes y de revisar herramientas como «Quién es quién en los precios». Muchos consumidores aprendieron que no todo lo que brilla es oro.
Las promociones a meses sin intereses fueron nuevamente protagonistas, incentivando compras que, para algunos, excedieron su presupuesto. Según el Banco de México, este tipo de esquemas puede llevar a un mal manejo financiero si no se tiene un control estricto de las finanzas personales.
Muchos compradores que aprovecharon los meses sin intereses descubrieron que es crucial calcular si las cuotas caben dentro de su presupuesto mensual, considerando que son compromisos a largo plazo.
El comercio en línea creció significativamente durante esta edición, pero también lo hicieron las denuncias por fraudes. La Profeco reportó 176 quejas oficiales hasta el cierre del evento, destacando problemas como ofertas no respetadas, productos que no llegaron y cargos indebidos.
Recomendación para el futuro:
- Comprar en sitios web confiables y verificar que el URL sea seguro.
- Documentar ofertas y guardar comprobantes.
- Revisar políticas de devolución antes de realizar una compra.
¿Qué nos deja esta edición?
El Buen Fin 2024 ofreció oportunidades interesantes para quienes planearon sus compras, compararon precios y gastaron de manera responsable. Sin embargo, también dejó lecciones importantes sobre los riesgos de la compra impulsiva y las consecuencias de no investigar antes de adquirir productos o servicios.
Este evento nos mostró que las ofertas no siempre son tan buenas como parecen y que las decisiones financieras informadas son la mejor manera de aprovechar este tipo de iniciativas.
Ahora que El Buen Fin ha terminado, es momento de evaluar nuestras compras y reflexionar: ¿Fue una experiencia positiva o una lección costosa?
Hagamos que suceda.