Por Adriana Peralta
¿Qué tan protegidos están los datos personales de niñas, niños y adolescentes cuando navegan, juegan o aprenden en línea? Con la entrada en vigor de la reforma a la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares (LFPDPPP) en marzo de 2025, esta pregunta se vuelve más urgente que nunca.
Uno de los cambios más relevantes es el fortalecimiento de las obligaciones de protección de datos personales cuando los titulares son menores de edad. La ley establece con claridad que debe prevalecer el interés superior de la niñez, lo cual implica que empresas, plataformas, instituciones educativas y servicios digitales deben aplicar medidas adicionales de cuidado y seguridad.
Pero, ¿qué establece la nueva LFPDPPP? La reforma obliga a que el consentimiento para tratar datos personales de menores sea otorgado por padres, madres o tutores legales. Este consentimiento debe ser libre, informado, específico e inequívoco. No basta con dar clic en una casilla; las organizaciones deben demostrar que el consentimiento fue verdaderamente comprendido y autorizado por un adulto responsable.
También se refuerzan los principios de licitud, finalidad, proporcionalidad y responsabilidad, especialmente en entornos donde niñas, niños y adolescentes interactúan de forma digital o presencial.
Aquí te comparto un caso práctico para entender y analizar mejor esta situación:
Imaginemos una aplicación de educación en línea que recopila nombres, fotos y ubicación de estudiantes. Bajo la nueva ley, esta plataforma debe:
- Obtener consentimiento explícito de tutores legales.
- Mostrar un aviso de privacidad fácil de entender.
- Limitar la recopilación de datos a lo estrictamente necesario.
- Tener medidas de seguridad reforzadas para evitar filtraciones.
¡Ojo! Un descuido en cualquiera de estos puntos podría generar sanciones de hasta $30 millones de pesos, además de daños reputacionales. Pero, ¿y si fuera tu hijo?
La película The Social Dilemma (Netflix, 2020) retrata cómo las redes sociales manipulan el comportamiento de los usuarios a través del uso de sus datos. Aunque no se centra exclusivamente en menores, ofrece una advertencia poderosa sobre lo que está en juego cuando cedemos el control de nuestra información. Ahora imagina que no se trata de ti, sino de tu hija o tu sobrino de 10 años.
La privacidad ya no es un lujo ni una opción. Es una necesidad básica que debemos garantizar a las infancias. Te dejo algunas recomendaciones clave:
- Revisa tu aviso de privacidad: Asegúrate de que explique de forma clara cómo se manejan los datos de menores.
- Capacita a tu equipo: El personal debe saber cómo tratar este tipo de datos conforme a la nueva ley.
- Integra controles parentales en tus plataformas: Facilita el acceso al consentimiento y permite la supervisión.
- Consulta a expertos en cumplimiento: No improvises; la protección de datos es un tema técnico, legal y ético.
Proteger los datos personales de niñas, niños y adolescentes no es solo cumplir una ley: es proteger su dignidad, su seguridad y su futuro. Porque una sociedad verdaderamente ética empieza por cuidar a quienes no pueden defenderse por sí solos.
¡Hagamos que suceda!